jueves, 8 de diciembre de 2011

Hay alternativas


Nada más salir al mercado compré y leí un pequeño libro de 221 páginas que lleva por título “Hay alternativas. Propuestas para crear empleo y bienestar social en España”. El librito cuesta 10 euros, pero está disponible gratuitamente en Internet.
Escrito conjuntamente por Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa supone, en cierto modo, un compendio de multitud de artículos que escriben estos autores y que pueden leerse también en la red.
A pesar de estar escrito con prisas –se nota en algunas erratas que afean el resultado final- es un libro interesante y necesario.
Tiene una eminente función divulgativa, aporta multitud de datos, explicaciones de la actual crisis, responsables de la misma y, como dice el título, alternativas.
Frente al famoso “There is no alternative” que acuñó Margaret Thatcher, pionera junto a Ronald Reagan de las políticas neoliberales, los autores muestran que sí hay alternativas para salir de la crisis, sin acabar con el maltrecho Estado del Bienestar, por cierto, escasamente desarrollado en España.
Soy consciente de lo difícil que es dar a conocer al gran público otras interpretaciones y soluciones a la crisis más allá de las que aparecen en los grandes medios de comunicación, controlados por el capital. Estos tres economistas lo hacen con rigurosidad y claridad.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Toponimia sentimental: Andalucía



Mi afecto por Andalucía se debe probablemente a cuestiones genéticas: mi madre es de Ronda (Málaga) y, aunque ha pasado la mayor parte de su vida en Barcelona por culpa de un catalán del que se enamoró (mi padre), los viajes a su pueblo han sido frecuentes mientras su salud o, en ausencia de ésta su tozudez, se lo han permitido.
Su éxodo a tierras catalanas coincidió con el de muchos andaluces que abandonaron su tierra para ganarse el pan en el país del pa amb tomàquet o, como dicen y escriben por las Españas, del “Pantumaca”.
Orgullosos de su origen, los andaluces, presumen de que ellos levantaron Catalunya. La gente del sur es maestra de la hipérbole.
Desde el norte vemos a Andalucía como se despereza al sur de la Península, más larga que ancha, coquetea a un tiempo con el Mediterráneo y el Atlántico.
Andalucía es una tierra labrada de tópicos. La imaginería popular nos habla de una región atrasada, inculta, de jornaleros vagos que cobran el PER y de señoritos ociosos -que no es lo mismo que vagos- que cobran el PAC.
Andalucía es la tierra de la alegría donde también corren lágrimas. Es la tierra del sol tamizado en Grazalema por su pertinaz lluvia.
Pero más allá de tópicos y realidades para mí Andalucía son recuerdos. Recuerdos de veranos en Ronda, la ciudad blanca que se asoma ufana a ese impresionante precipicio conocido como “El Tajo”. Y el olor de la noche a flor de azahar. Es también tiempos de mili en San Fernando y en Cádiz. Es perderse por el barrio de Santa Cruz de Sevilla, o seguir la Carrera del Darro bajo la majestuosa Alhambra en Granada; es deambular por la judería de Córdoba. Es la imagen de campos marrones ondulados protegidos por ejércitos de olivos. Es también una ciudad de la Costa del Sol…
Hace muchos años que no viajo a Andalucía. Supongo que algún día volveré, aunque no sé cuándo. Pero no importa, esa tierra ya ha hecho suficiente como para ocupar un rinconcito en mi cuarteado corazón. Forma parte irrenunciable de mi toponimia sentimental.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Todos los políticos no son iguales












Yo nunca he sido partidario de generalizar, ni siquiera en una actividad (¿tal vez debiera decir profesión?) tal vilipendiada, seguramente con razón, como la política.

El comportamiento ético de Julio Anguita, que debiera ser algo normal, se convierte en extraordinario cuando la generalidad se comporta como los otros señores de la imagen.


En realidad no es un problema exclusivo de los políticos, es una cuestión social. Una pérdida de valores o, mejor dicho, un cambio de valores. Hemos creado una sociedad donde el dinero, el poder, la ostentación, ser el número uno, un triunfador,... son objetivos para los que no importa utilizar cualquier medio, por execrable que sea. Esa lucha darwinista se ha convertido en algo normal.

Seguiremos luchando por cambiar las cosas, no lo duden.



P.D. Creo que no se lee bien lo que dice bajo las fotos, lo aclaro: bajo la foto de Aznar: Endesa, 200.000 euros anuales. Bajo la de Felipe González: Gas Natural, 126.500 euros anuales. Bajo la última: Julio Anguita renunció a su paga vitalicia como ex-parlamentario. "Con mi pensión de maestro tengo bastante".


P.D. 2. Julio Anguita ha dicho en alguna ocasión: "hay que vivir sencillamente para que otros puedan sencillamente vivir".


















































sábado, 1 de octubre de 2011

"La corrosión del carácter", de Richard Sennett



Tras este sugerente título se esconde un magnífico ensayo del sociólogo norteamericano Richard Sennett.
A partir de entrevistas, el autor estudia los efectos que el “nuevo capitalismo” tiene sobre el carácter de los trabajadores.
En el “viejo capitalismo” existía una concepción del trabajo muy distinta, de una rutina estable, de una carrera predecible, de lealtad a la empresa. A cambio, proporcionaba estabilidad laboral y una identidad en función del trabajo desempeñado, que servía, asimismo, de elemento organizador fundamental en la vida de los individuos, así como factor de cohesión social.
Los nuevos escenarios marcados por la flexibilidad laboral, por empresas estructuralmente dinámicas con periódicos e imprevisibles reajustes de plantilla, por exigencias de movilidad absoluta, por lo transitorio, la innovación y los proyectos a corto plazo; a pesar de propiciar una economía más dinámica, puede afectarnos profundamente al atacar nociones de permanencia, confianza, integridad, compromiso, e incorporar factores de estrés, inadaptación, intranquilidad, etc.
Este breve ensayo -155 páginas- nos alerta sobre lo que puede pasar si Europa sigue el camino que han tomado Estados Unidos y Gran Bretaña.
El libro fue escrito en 1998, y me temo que en la Europa de 2011 ya estamos en ese camino.
LA CORROSION DEL CARÁCTER. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo” es un libro ameno y lúcido. Recomiendo enormemente su lectura.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

"Traficantes de información" de Pascual Serrano






Interesantísimo libro que es, de hecho, un exhaustivo trabajo de investigación sobre los grandes grupos empresariales que se dedican a eso que llaman información en España.
A lo largo de las páginas del libro sabremos un poco más sobre los propietarios de los grandes medios de comunicación y sobre sus turbios negocios: el Grupo Prisa, Vocento, Planeta, Grupo Antena 3, Mediapro, Grupo Zeta, etc.
Pascual Serrano nos descubre los entresijos de un mundo que guarda relaciones muy estrechas con sectores que nada tienen que ver con la comunicación: la banca, inmobiliarias, fabricantes de automóviles, empresas de alimentación, de armamento, etc. Actualmente, los grupos de comunicación son sólo apéndices de estructuras empresariales a las que sirven.
El libro analiza también el papel de la publicidad a la hora de condicionar los contenidos y las líneas editoriales de los distintos medios de comunicación.
Pascual Serrano nos recuerda, asimismo, la precariedad del oficio de periodista. Hoy en día, dice Serrano, el staff periodístico está más preocupado por preservar sus puestos de trabajo que por la calidad de la información.
A pesar de la gran cantidad de periódicos, canales de televisión y emisoras de radio, hoy hay mayor concentración de medios de comunicación y, por tanto, una menor diversidad.
El libro está plagado de datos que, de conocerse por el gran público, resultaría escandaloso. De hecho, fue la editorial Foca la que finalmente se atrevió a publicar el libro, tras haber sido rechazado por la editorial que inicialmente encargó el proyecto.
Nos encontramos ante una muestra más de la falta de transparencia de unas empresas cuyo cometido, resulta paradójico, consiste en informar.




lunes, 29 de agosto de 2011

Déficit público, déficit social y déficit democrático




Recuerdo a un profesor de economía que tuve en la Facultad que decía que el déficit público no era algo necesariamente negativo. Argüía que un Estado puede endeudarse para invertir. Ponía como ejemplo la construcción de carreteras: El Estado se endeuda para construir carreteras en una región carente de ellas. Ese territorio se dinamiza económicamente para finalmente ver como aumenta el PIB de la región y, por tanto, el del Estado. Es solo un ejemplo; invertir en educación podría ser otro.

Bueno, dicho esto, supongamos, no obstante, que ese déficit se ha convertido en una rémora y que, efectivamente, es necesario reducirlo.

Técnicamente es posible reducir el déficit público de dos maneras: 1) reduciendo los gastos ó 2) aumentando los ingresos de Estado, vía impuestos, obviamente. El gobierno español –y los gobiernos autonómicos, véase el sangrante caso de CiU en Catalunya,- han optado por reducir el gasto, olvidando que existe otra vía, que, por cierto, otros gobiernos europeos, también contagiados de ideología neoliberal, están aplicando conjuntamente a la reducción del gasto.

España, un país con un escaso desarrollo del Estado del Bienestar, ve como se reduce en gasto público, que es predominantemente gasto social (pensiones, sanidad, educación, prestaciones por desempleo, servicios de dependencia, etc.), lo cual va, inexorablemente, en detrimento de una población que padece también un degradación de sus condiciones laborales. Ahogada, asimismo, por una legislación laboral cada vez más huérfana de protección al trabajador, la parte más débil, no lo olvidemos, en una relación laboral.

Para la mayor parte de la población los servicios sociales suponen una especie de sueldo indirecto. Si éste mengua o es de baja calidad, y si los sueldos son cada vez más bajos, estamos condenando nuestra sociedad a unas mayores diferencias sociales, a una menor cohesión social, mayor conflictividad, violencia, pobreza, marginación, etc. Ya se está produciendo una polarización de las rentas.

En economía, el coeficiente de Gini o la curva de Lorenz nos permiten estudiar el reparto de la riqueza entre la población, pero estos indicadores nunca son mencionados por políticos ni aparecen en los Mass Media.

La última gamberrada –de momento- de Zapatero y Rajoy consiste en, con nocturnidad, vacacionalidad y alevosía, emprender una reforma urgente de la Constitución en el sentido de fijar un límite para el déficit público. Parece lógico no gastar más de lo que se ingresa, y hasta cierto punto, estoy de acuerdo con que se tienda a buscar el equilibrio presupuestario, pero entiendo que resulta peligrosísimo convertirlo en dogma. Existen otras vías para lograr ese equilibrio, pero el gobierno no las utiliza.

Resulta curioso que esa misma Constitución tan modélica, tan válida, intocable para muchos, ahora, con prisas, sin debate político, ni social, ni mediático, pretenda ser reformada en un aspecto tan polémico con el respaldo de PP y PSOE y con la oposición de colectivos, partidos de izquierda, partidos nacionalistas, asociaciones y ciudadanos. Esta es una demostración más del más preocupante déficit que padece nuestra sociedad: el déficit democrático.

sábado, 30 de julio de 2011

El 20 de noviembre no es tan importante




Como a otros muchos con memoria histórica cuando me enteré de que las próximas elecciones generales se celebrarían –quien lo celebre, claro-, el 20 de noviembre, pensé, qué casualidad, el mismo día que murió Franco.
Al final Zapatero dio su ceja a torcer y anticipará el evento por el que tanto saliva la derecha. Lo cierto es que era lógico. El PSOE es consciente de la impopularidad de su gestión y sabe que la única manera de arañar votos es con un discurso auténticamente de izquierdas. Bueno, todo a la izquierda que pueda permitirse un PSOE, que no es mucho, la verdad.
Rubalcaba ha hecho un guiño a los indignados con su discurso revolucionario, hará falta ver si, caso de ganar las elecciones, está dispuesto a acometer cambios. Yo lo dudo.
Si gana el PP las cosas pueden ir a peor, si cabe. Así, el panorama es un tanto desolador visto a esa escala…
Pero es, como digo, sólo una cuestión de escala: Si nos limitamos a ver la política en clave PP-PSOE, Elecciones Generales, Gobierno de la nación, Congreso de los Diputados,.. tomamos la parte por el todo, y no es que eso no sea importante, lo es; pero hay mucho más. Además de esa Política con mayúsculas a la que habría que añadir la de los gobiernos autonómicos y la de los ayuntamientos, contamos con la política surgida desde la calle, desde las personas, desde los colectivos, desde las asociaciones…Eso también es política.
Es cierto que la Constitución Española deja poco margen para la participación política fuera del sistema de partidos políticos y de elecciones, pero existen mecanismos para catalizar cambios, y estos han funcionado en muchas ocasiones. Pensemos, por ejemplo, en la presión popular para que el trazado de una autovía no pase por un determinado lugar, o para conseguir un centro sanitario en un barrio desatendido. Es decir, en ocasiones la presión de las personas puede vencer a los más poderosos.
Estos son ejemplos de actuaciones concretas; mi pregunta –mi esperanza- es si también desde la ciudadanía, bien organizada, es posible conseguir cambios sociales más profundos que busquen el bienestar de la mayoría, y un cambio del actual modelo insostenible hacia otro que preserve los recursos de un planeta limitado como el nuestro. Como dice el proverbio “la tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos”.


domingo, 26 de junio de 2011

Toponimia sentimental: Tenerife o la búsqueda de la libertad




Durante la Edad Media se decía que aire de la ciudad hacía a los hombres libres. Vivir en el campo, por aquel entonces, equivalía a ser un siervo.
Barcelona, la misma ciudad de la que escribía con cariño en otro artículo, se había convertido a principios de los noventa en una ciudad asfixiante. Al menos esa era mi sensación. Mi búsqueda de la libertad, paradójicamente, pasaba por dejar atrás el aire de la gran ciudad.
Creo que fue en junio de 1995 cuando aterricé en el aeropuerto de Los Rodeos. Un soplo de aire cálido golpeó mi cara al salir del avión. Estaba en África –si alguien lo duda que mire un mapa-. Sin embargo, las guaguas destartaladas, el acento de los lugareños y la infatigable música de salsa me transportaban a algún lugar indeterminado de Latinoamérica.
Alquilé un apartamento en La Laguna. Bueno, lo que yo llamo apartamento no era otra cosa que cuatro tabiques elevados sobre una azotea y cuatro ventanas por los que se invitaban el frío y la humedad.
La historia de los vencedores bautizó esta ciudad como La Muy Noble, Ilustre, Leal y Fiel Ciudad de San Cristóbal de La Laguna.
Sus cimientos se construyeron sobre una laguna desecada, y el fantasma de esa laguna, rencoroso, sigue hoy colándose en las casas y en las vidas de los laguneros.
La Laguna es también una paleta de colores salpicada de palacios, conventos, iglesias y plazas recoletas.

En mi segundo año en la isla cambié de aires: fijé mi residencia en Santa Cruz. En realidad La Laguna y Santa Cruz forman una conurbación urbana, un continuo a través de La Cuesta. Como la lava de un volcán que desciende lentamente por las laderas, así las construcciones de La Laguna acabaron encontrándose con las de Santa Cruz.
La ciudad portuaria es alegre, vive en una eterna primavera, nada que ver con los contrastes de su vecina de arriba.
Residía en el número 30 de la calle Castillo, esa arteria peatonal que nace en la plaza Weyler y que muere en la plaza de la Candelaria.
Rememoro Santa Cruz como una ciudad animada, desenfadada e impúdica por carnaval.
Entre mis recuerdos rescato mi amistad con Mary, la conocí en la recepción de la pensión donde me alojé nada más llegar a la isla. Allí trabajaba como recepcionista y nos hicimos muy amigos, ¡cuántos coltados lecheyleche habremos tomado juntos! Y ¡cuántas confidencias habrán escuchado esos cortados! Tampoco puedo olvidar a Antonio Figueroa, taxista de Tacoronte y poeta; hijo de campesinos, humilde, sencillo y buena persona. Con su taxi me descubrió rincones de la isla a los que jamás habría llegado solo, y sus palabras, amables y cariñosas, siempre me reconfortaron. Recuerdo también a Tanis, un granaíno que contaba los días para regresar a la península y con el que salía por las noches buscando algo de cariño…
Mis compañeros de trabajo Tina, Tere, Luís Granizo, Ana, etc. también ocupan un lugar agradable entre mis recuerdos.

Pasé dos años inolvidables en Tenerife. El día que marché Antonio, el taxista, me llevó al aeropuerto del sur. Recuerdo que apenas articulé palabra durante todo el trayecto; probé el sabor salado de mis lágrimas al alcanzar la boca. Giré la cabeza en un intento inútil de no ser descubierto en mi debilidad. Sentí que una parte de mi vida se esfumaba con los alisios y eso me dolía.

He regresado varias veces a Tenerife. Las emociones son curiosas; se entremezclan las sensaciones del turista en vacaciones con los recuerdos amables de un tiempo en que sentí esa tierra como propia y a la que todavía hoy sigo queriendo.

miércoles, 15 de junio de 2011

Los hechos ocurridos frente al Parlament de Catalunya

Quería escribir alguna reflexión sobre lo que sucedió ayer en el Parque de la Ciudadela de Barcelona, pero he leído el artículo de Vicenç Navarro sobre estos hechos y me ha quitado la palabra; él lo explica mucho mejor.
Os paso en enlace y os recomiendo su lectura.
Comentarios del profesor Navarro sobre los hechos ocurridos enfrente del Parlamento de Catalunya

El pacto del Euro







El próximo 27 de junio está previsto que se firme en Bruselas el Pacto del Euro, un motivo más de preocupación para la mayor parte de la población.


Os dejo esta dirección con una presentación sencilla y clara sobre lo que implica este acuerdo.












martes, 7 de junio de 2011

Utopía y reformas







Entre los discursos de aquellos que quieren cambiar las cosas existen, grosso modo, dos tendencias: la búsqueda de la utopía y la reformista.
La utópica consiste en imaginar un mundo ideal y tratar de hacerlo realidad sin tener en cuenta la situación del momento, mientras que la reformista pretende realizar cambios dentro del sistema. Ciertamente, los cambios pueden ser superficiales o profundos.
También, por su parte, las utopías pueden ser grandes utopías o, más bien, modestitas, pequeñas utopías que diría el poeta Luís García Montero.
Los utópicos puros suelen quedarse con la idea de que es posible implantar un nuevo modelo social sin tener en cuenta la realidad existente. Éstos, a menudo, no pasan a la acción pues tienen unas expectativas tan altas que hasta ellos mismos no saben como acometerlas. Suelen quedarse en el discurso teórico y en el desprecio, por otro lado, bien justificado, hacia el sistema.
El problema de los reformistas puros es que, dado que parten de la realidad, son personas juiciosas, suelen acabar conformándose con reformas superficiales, de poco calado, a menudo, sencillamente maquilladoras.
Yo creo que la actitud más fructífera debe consistir en no renunciar a ninguna de las dos opciones. La visión reformista nos permite acometer cambios, más o menos lentos, pero inexorables partiendo de la realidad del momento. Pero nuestro “yo” utópico, se va a mostrar insaciable, hambriento, ilusionado con reformas más profundas. Es decir, creer en la utopía nos va a mantener la tensión de lucha permanente para que los cambios sociales no queden en meros cambios de atrezzo. Es decir que no ocurra aquello que decía Giuseppe Tomasi di Lampesuda en El Gatopardo de cambiar algunas cosas para que todo siga igual.
Por ello, esa aparente disyuntiva “utopía o reforma” no es tal, ambas son perfectamente compatibles.


Para concluir una última reflexión. Resulta curioso que la "utopía" que pretendemos muchos de los indignados en estos tiempos consiste sencillamente en que disposiciones legales ya existentes como la Declaración Universal de los Derechos humanos en el ámbito internacional, o conceptos recogidos en nuestra Constitución de 1978 como "democrático", "social" y de "Derecho" dejen de ser papel mojado y sean realidad.

Algunos en estos momentos nos conformaríamos con eso.






















domingo, 29 de mayo de 2011

Carta abierta a Quim Monzó

Sr. Quim Monzó, si usted fuera un tertuliano de Intereconomía ni siquiera me habría molestado en escribir esta carta. Pero, mire por donde, yo tenía un buen concepto de usted y me ha decepcionado. Seguramente la culpa sea mía por haber puesto demasiadas expectativas en su persona. Tal vez ha sido mi admiración por su literatura y la fruición con que he devorado sus cuentos los que me han nublado el entendimiento.
Leí su artículo publicado en La Vanguardia “He aquí la Spanish Revolution” y me pareció sencillamente vomitivo. Escribe con un desprecio nada disimulado sobre personas que han tenido el coraje de actuar frente a la injusticia social. Sr. Monzó, como intelectual será usted consciente de que tiene la posibilidad de defender el status quo (callar también sería defenderlo) o apoyar los intentos de cambio. Parece que usted se ha decantado por la primera opción; deben pagar bien.
Su texto es un magnífico ejemplo de demagogia; inteligente, si me apura, sarcástico, bien escrito, como siempre, pero demagógico de principio a fin.
Empieza afirmando que la Spanish Revolution, no va a ningún sitio convincente. Para empezar, porque, más que una revolución, de momento es una acampada (sic).
A continuación toma el numero de manifestantes: 150.000 y lo divide por el censo, 47.021.031. Y nos dice que con un 0,037 % no se puede hacer una revolución.
Utilizar ese cociente es burda demagogia; en cualquier revolución, gran parte de la población se ha mantenido inerme, apática, meros espectadores de cuanto acontecía.
En cuanto al término revolución, lo utiliza usted y tal vez quienes inventaron el apelativo de Spanish Revolution, dudo que este movimiento contestatario se haya colocado él mismo ese cartel.
De momento, efectivamente, no es una revolución, ¿y qué?. Lo importante, es que esos enrollados, como frívolamente los llama usted, se están manifestando por unos ideales justos.




Les anima a acabar con el bipartidismo yendo a las urnas y votando a otros partidos. ¡Por favor, Sr. Monzó!, que eso lo diga alguien de Libertad Digital podría entenderlo, pero, ¿usted?. Todavía no sabe que una de las exigencias de estos enrollados es la reforma de la actual Ley Electoral que beneficia a los grandes partidos.
A continuación habla de la empanada que exhiben estos campistas que, según usted, resulta imposible saber qué quieren. ¿La empanada no la tendrá usted?, ¿se ha molestado en leer el manifiesto de Democracia Real Ya en su página web?, ¿no se da cuenta, o no se quiere dar cuenta de que el movimiento se encuentra en estado embrionario, y que es lógico que muchos puntos estén por perfilar?
¿Ejecutar a González Sinde?, ¿Masacrar las urnas?, ¿Qué no haya partidos políticos? por favor, Sr. Monzó, ¿no está usted desvariando?.
No sé si este movimiento llegará a algo convincente, usted ya ha tenido que tomarse la molestia de escribir sobre él aunque el revuelo lo haya generado sólo un 0,037% de la población de este país. Lástima que se haya posicionado ideológicamente donde lo ha hecho.
Atentamente,




Un admirador (de su literatura).

martes, 24 de mayo de 2011

Azuloscurocasinegro

Cuando el otro día vi por televisión por primera vez estos días la Puerta del Sol atestada de indignados casi se me saltan las lágrimas.


No lo podía creer, la apática España, como decían en la BBC, había despertado del letargo.


El movimiento ha alcanzado tal magnitud que los medios de comunicación ya no han podido girar la cámara hacia otro lado, porque en todos los lados había gente.


En una entrevista en no sé qué periódico el periodista preguntaba a un “indignado” si este movimiento tenía intencionalidad política. ¡Menuda pregunta!, pues claro que la tiene.


La política –el reportero no debe saberlo- en una de las múltiples acepciones de la RAE es la actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.




Es obvio que la palabra política ha sido denostada por un sistema político que ha creado una casta de políticos profesionales, refractarios a sensibilidades sociales; rehenes consentidos y gozosos del poder económico y financiero.




El viernes pasado estuve en la concentración que hubo en Gijón; una marcha que empezaba en el teatro Jovellanos y que terminaba en una Plaza Mayor rebautizada con un simple papel como “Plaza del Pueblo”.




Me ilusiona la idea de que este movimiento llegue a algo. Pero la alegría dura poco en casa del pobre. El lunes, tras las elecciones, nos despertamos con el mapa de España teñido de azul, azuloscurocasinegro.




Seguiremos luchando.

miércoles, 27 de abril de 2011

Toponimia sentimental: El "Juan Sebastián Elcano"



Es cierto que en sentido estricto el nombre de un buque no es un topónimo, pero cuando uno ha vivido intensamente allí casi un año -seis meses navegando- la cubierta de un barco es lo más parecido a una patria. Un país diminuto mecido por el océano.


Me enrolé en el Juan Sebastián Elcano, un bergantín goleta, porque era una posibilidad única de conocer mundo, y porque con veinte años se tienen muchas ganas de vivir y muy pocas ataduras que cortar.


Corría el año 1989 y mis primeras impresiones del barco fueron desalentadoras; un amasijo de cabos, herramientas, botes de pintura,… por los que se hacía difícil caminar. Algunos marineros, agoreros, presagiaban que aquel cascarón no iba a resistir tempestades y que acabaríamos todos en el fondo del mar. Se equivocaban; el Juan Sebastián Elcano, a pesar de sus años, era un excelente navío. La marinería congregaba gentes de lo más variopinto y de toda la geografía española: andaluces, gallegos, aragoneses, catalanes, castellanos, vascos,…con historias y formación bien distintas: desde licenciados universitarios hasta casi analfabetos. Allí dormíamos todos en el mismo sollado y comíamos en las mismas mesas igualados por el blanco y el azul del uniforme. Lo raro era conocerse por el nombre; lo más común era un mote –muchas veces un topónimo- o por el apellido. Así, atendiendo a su procedencia había un Lepe, un Sevilla, un Sevillita -éste era un alfeñique-, un Alhaurín, un Alcobendas, un Alcañiz, un Córdoba, etc.


Zarpamos de Cádiz un 10 de enero, creo recordar, de 1990. Delante de nosotros teníamos una larga travesía de seis meses atracando en puertos del Atlántico, Caribe, México y Estados Unidos. La casualidad hizo que mi destino en el barco fuese el de marinero de cubierta: el sol, el mar, el viento, las nubes y las noches estrelladas me acompañarían durante todo el viaje. Los marineros destinados en máquinas, atrapados en las entrañas del barco, vivirían una experiencia muy distinta. Entre mis labores, aparte del mantenimiento (pintar, limpiar, baldear la cubierta,…) era fundamental bregar con el aparejo del barco: plegar y desplegar velas, amurar a barlovento, subir a las gavias,…El silbato del contramaestre marcaba las acciones y los tiempos. La vida a bordo era dura, entre horarios de trabajo y guardias apenas disponíamos de tiempo libre. En esos ratos de descanso aprovechábamos para escribir a las familias, novias, amigos, y para añorarlos.


El régimen militar no estaba hecho para mí; la supervivencia pasaba por morderse la lengua en más de una ocasión; alguna vez me debió sangrar. En una ocasión tuve la osadía de discutir una orden a un cabo porque me parecía absurda – ¡yo sólo trataba de razonar!-. Me arrestó por ello. Las anécdotas del viaje son innumerables y, a veces, indecibles,… quedan para mí. Recuerdo el anhelado día en que me licenciaron: petate al hombro y la imagen, ya en el tren, de la arboladura de Elcano alejándose de mi vida. Saludé a la que había sido mi patria durante casi un año con mi puño totalmente cerrado y el dedo corazón enhiesto cual el palo de mesana. El paso del tiempo ha tamizado cuanto de negativo hubo en esa experiencia y ya sólo conservo recuerdos agradables y algunos amigos a los que tengo en gran estima.


Todavía hoy puedo rememorar esos momentos de descanso en el castillo de proa; contemplar las velas preñadas del viento, oír los latigazos del velamen y sentir la brisa del mar sobre mi rostro. Allí sentados contábamos los días que quedaban para el próximo puerto, e imaginábamos qué agradables sorpresas, algunas con faldas, nos aguardarían.

lunes, 28 de marzo de 2011

Toponímia sentimental: Barcelona





És quan parla el meu cor que em surten les paraules en la llengua de mon pare. No escric gaire sovint en català; potser és que el meu cor parla poc, tal vegada per una timidesa mal curada.


Bé, vull escriure sobre alguns topònims que, més enllà d´aparèixer als mapes, hi sont sempre presents al meu particular mapa sentimental. He volgut encetar aquesta sèrie d´articles amb un sobre Barcelona. Per a mi, Barcelona ho és tot. És la ciutat on vaig néixer i on em van criar. És la ciutat d´una infantesa que recordo com trista, anodina, i d´una adolescència complicada, com totes. És la ciutat del primer amor del que gairebé no m´en recordo i d´altres manifestacions fisiològiques no sempre relacionades amb l´amor però sí, de vegades.


I dins Barcelona, podria parlar del meu barri: Horta. La plaça Eivissa -plaza Ibiza, quan jo era menut-, amb aquest aire de poble i l´entranyable bar Quimet, i les masies d´Horta. Tampoc no puc oblidar aquesta quadrícula infinita que és l´Eixample; burgès, senyorial al Passeig de Gràcia o a la Rambla Catalunya, no em cansa la seva monotonia. Què dir de les Rambles?, aquesta llengua de gent de tots colors, creences i vicis que arriba al mar. I com no fer esment d´ un barri com Gràcia, amb el seu cinema Verdi -quantes pel.lícules en V.O han vist -i llegit- aquests ulls!-, i els seus bars de copes,... Parlant de bars de copes, no oblido el Badlands, al Guinardó, el portaven uns amics meus, el van haver de tancar per la avidesa econòmica del propietari del local.


Pedralbes: barri alt que jo associo a la facultat de Geografia i Història on estudiava, poca cosa més, i ben a prop, a Les Corts, el Nou Camp; futbol els diumenges a les cinc, sí, abans el futbol era sempre els diumenges a les cinc no com ara. Anava amb el meu tiet al futbol, al descans em menjava un frankfurt que em savia a glòria, malgrat que era ben dolent. Això ho certificaba mon oncle que era expert en frankurts.


El Clot quedarà per sempre associat al meu amic Jordi Agustí, la vida fou cruel amb ell i la mort se l´endugué massa aviat.


Amb dificutat, jo era ben minyò, recordo els diumenges vistant l´avia Amparo (era ben catalana pero el seu nom estava castellanitzat, coses del franquisme) a Collblanc, L´Hospitalet de Llobregat. Sí, és una altra ciutat, però no ho sembla, per a mi continua sent Barcelona. El meu cor no hi enten, de límits municipals.


Els estius agafar l´autobús 45 per anar a la platja era un llarguíssim viatge als ulls d´un nen. A vegades anàvem als banys públics “San Sebastián” o “Los Orientales”, crec que es deien així.


Barcelona és també el Tibidabo, amb el seu parc d´atraccions i Monjuïc i el seu Castell, i les millors vistes sobre Barcelona.


Barcelona ha canviat molt. Ara ja només la puc ensumar esporàdicament com a turista, però els meus records d´una altra Barcelona encara hi són presents a la meva toponímia sentimental.

domingo, 13 de marzo de 2011

La huelga de empleados de AENA


Conozco a Elías desde hace bastantes años. Elías vive en Lloret de Mar con su pareja y siempre que viajo a Calella le llamó para quedar y tomar algo. Se podría decir que somos amigos de toda la vida.
Elías está preocupado, es trabajador de AENA, señalero para más señas. Su trabajo consiste, entre otras cosas, en procurar que los aviones no se estrellen cuando aterrizan en la pista del aeropuerto de Girona y en aparcarlos.
Me cuenta que tienen miedo de que la privatización de los aeropuertos conlleve un empeoramiento de sus condiciones laborales, y quién sabe, si la pérdida del trabajo para algunos.
Yo entiendo su preocupación y le animo en su lucha.
Han convocado una huelga que, de materializarse, me va a perjudicar, sin duda. Pero yo, a diferencia de muchos ciudadanos que piensan que el derecho a viajar en avión es un derecho fundamental –yo no lo he encontrado ni en la Constitución ni en ninguna otra ley- no puedo, en coherencia, sino anteponer su derecho a defender sus condiciones laborales.
Supongo que si han llegado a la convocatoria de huelga es porque han fallado otros cauces; nadie va a la huelga por gusto.
Sé que gran parte de la ciudadanía va a criticar la huelga, aunque la mayoría no viajará nunca en avión.
Sé que, por ignorancia, muchos, cuando se habla de empleados de AENA, piensan en los controladores aéreos y esos sueldos estratosféricos. Nada que ver con la mayoría del personal de AENA.
Sé que la mayoría de medios de comunicación se están posicionando en contra de la huelga. El otro día vi una entrevista del incombustible Matías Prats haciendo preguntas a un representante de los trabajadores de AENA de manera claramente tendenciosa.
Sé que las fechas elegidas son las de mayor confluencia de viajeros, pero en las huelgas se trata de extorsionar, de presionar a la empresa para que atienda a sus reivindicaciones, luego es lógico que se busque hacer el mayor daño posible. No es por mala leche.
No sé cómo acabará un proceso privatizador que parece inevitable, deseo por el bien de Elías y de sus compañeros que tengan éxito en sus demandas.
Pero también les deseo suerte porque me siento partícipe de una lucha más global que tiene muchos frentes y en la que sí estoy inmerso: la lucha de las clases trabajadoras contra la patronal, la Administración y los gobiernos.
Estamos asistiendo a la defunción del Estado del Bienestar y esto sólo se puede enderezar desde abajo, desde la ciudadanía, pero hay que creérselo.
Hay que creer que es posible cambiar las cosas, de lo contrario estamos condenados a vivir en una sociedad esclavista.
Una Constitución escrita servirá para inculcar a los niños -esclavos del futuro- que vivimos en un Estado social y democrático de Derecho; pero no se lleven a engaño, son palabras que aprende el esclavo para que desconozca su propia condición de esclavo.

sábado, 19 de febrero de 2011

Planes de pensiones. La visión de un empleado de banca

Si en mi anterior post exponía brevemente las razones por las que estoy en contra de los planes de pensiones privados, en este artículo doy la palabra a un conocido mío al que, para no desvelar su identidad, llamaremos Emilio Botón.
Emilio es un empleado de banca de unos cincuenta años que lleva trabajando en el sector toda la vida. Goza de una situación económica muy acomodada, tiene una esposa que, al igual que él, gana un buen sueldo y un hijo. Su patrimonio se ha forjado no sólo de su trabajo y de sus inversiones sino también de alguna herencia.
Hace algunas semanas estuve departiendo con él y tuve la maliciosa idea de preguntarle cómo se veía la crisis económica desde el punto de vista de un empleado de banca. Su primera frase fue que la crisis era muchísimo peor de lo que se decía en los medios. No me sorprendió, la verdad.
Emilio atribuyó la crisis a un excesivo e irresponsable uso del crédito por parte de los ciudadanos, a un haber vivido durante unos años por encima de nuestras posibilidades. Por supuesto, exculpó por completo a la banca, bueno, por completo no, pues dijo que la culpa de la crisis era de todos (imagino que eso incluye también a la banca). Bueno, a eso lo llamo yo socializar las culpas.
Esos argumentos ya los hemos escuchado o leído miles de veces, y no digo yo que no escondan parte de razón, pero en mi opinión son deliberadamente sesgados e incompletos, evitando ir al corazón del problema.
Pero me había propuesto hablar de los planes de pensiones según Emilio Botón así que no hago esperar más al lector.
Emilio me recomendó que jamás contratase un plan de pensiones, lo cual me sorprendió sobremanera viniendo de un empleado de banca.
Toni –me dijo- mira lo que ha ocurrido en Argentina, el gobierno ha nacionalizado los planes de pensiones privados, y ha dicho, señores, no se preocupen, van ustedes a cobrar sus planes de pensiones. Pero he aquí un señor al que le correspondían 600 euros de pensión pública y 2000 euros por la privada, y le han dicho, tiene usted razón, le corresponden 2000 euros más 600 euros, total 2600 euros, es cierto, pero….(acentuó ese pero para remarcar que era importante lo que seguía a continuación),pero, la pensión máxima son 1500 euros, así que el resto no lo va usted a cobrar.
¡Hay que joderse!, apuntilló Emilio. Y añadió, como ves no es buena elección hacer un plan de pensiones porque te llega un gobierno social (sic) y te jode tus ahorros. Me hizo gracia el desprecio con que decía eso de un gobierno social.

Para el que tenga curiosidad sobre qué hacer con sus ahorros me habló de diversificar, jugar en la bolsa, comprar alguna plaza de parking para que te rente, etc.
En fin, aunque una garganta más profunda que la excavada por el río Colorado separa nuestra manera de pensar, la charla mantenida con Emilio fue de lo más estimulante.

sábado, 5 de febrero de 2011

Planes de pensiones. Primera Parte

Como es sabido existen dos maneras (en realidad tres) de proveer las pensiones de jubilación: por capitalización, por reparto y mixta.
La primera, utilizada en los EEUU, es un sistema donde las personas -las que pueden- invierten parte de sus ahorros en fondos de pensiones privados que son gestionados por entidades privadas. Cuando te jubilas recuperas -si todavía está- lo invertido más lo generado en la forma que se haya pactado.
El sistema de reparto es el existente en España, donde el dinero de las pensiones procede de las cotizaciones de los trabajadores en activo. Podría obtenerse también vía impuestos. En cualquier caso estamos hablando de dinero existente en un momento dado y no de rendimientos que nadie puede garantizar.
El sistema mixto, utilizado en Francia o en Japón, combina los dos anteriores. En España se está tendiendo a este último.
Tanto el sistema privado como el público han participado en la provisión de pensiones desde hace mucho tiempo, a veces repartiéndose el trabajo pero de un tiempo a esta parte en clara competencia. Muchos gobiernos, presionados por el FMI, el Banco Mundial y en última instancia por la banca, han favorecido a los proveedores de pensiones privadas en detrimento del sistema público de pensiones.
La experiencia nos dice que los planes de pensiones privados sólo son contratados por sectores de la población con cierta capacidad de ahorro, quedando excluida gran parte de la población mundial; y que los rendimientos están por debajo del I.P.C. en el mejor de los casos, cuando no resultan desastrosos en momentos de desplome de los mercados bursátiles.
Suena un poco a una lotería donde uno acaba conformándose con obtener la pedrea.

No estoy en contra de los planes privados de pensiones per se, sí lo estoy desde el momento en que los gobiernos toman medidas para debilitar el sistema público de pensiones. Paul Samuelson, economista de Harvard y premio Nobel publicó un artículo en el que confirmaba la fortaleza de la financiación basada en el reparto. (“An Exact Consumtion-Loan Model of Interest, With or Without the Social Contrivance of Money”, Journal of Political Economy.)

Desde un punto de vista social entiendo que el sistema público de pensiones -el sistema de reparto- es sostenible y más justo.
Para el particular la ventaja del plan de pensiones privados es la desgravación fiscal, lo cual, en su reverso, implica que ingentes cantidades de dinero son dejadas de percibir por el Estado. El gran beneficiado es el sector financiero, ya de por sí excesivamente poderoso; capaz de desestabilizar países enteros, crear riquezas imaginarias y condicionar enormemente las políticas de los gobiernos.

Si le piden opinión a un empleado de banca –lo más probable es que ya se haya dirigido a usted para ofrecerle el producto- le dirá que es una muy buena opción, le largará eso de que las pensiones públicas no se sabe cómo acabarán, etc. Lógico, te meten el miedo en el cuerpo para venderte su producto.
Sin embargo, no hace mucho estuve hablando con un conocido mío, empleado de banca con larga experiencia en el sector quien, en confianza (me hablaba como amigo, no como bancario) me advertía de que JAMÁS hiciese un plan de pensiones. Debo añadir que esta persona no es precisamente sospechosa de izquierdosa. Los motivos que me dio fueron muy pragmáticos. De ello escribiré en el próximo post.

sábado, 22 de enero de 2011

¡La productividad, estúpido, la productividad!


El argumento demográfico para explicar la necesidad de prolongar la vida laboral y aumentar el periodo de cotización sobre el que realizar el cálculo de la pensión es simplista, falso, perverso, injusto e interesado.
¿Por qué es simplista? Porque olvida deliberadamente una variable fundamental: la productividad.
¿Por qué es falso? Porque al olvidar la productividad las conclusiones no son correctas.
¿Por qué es perverso? Porque mucha gente carece de los más básicos conocimientos económicos y llega a creer en esa burda ecuación. Especialmente cuando son repetidos machaconamente por los Mass Media, ya se sabe que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.
¿Por qué es injusto? Porque supone pérdida de calidad de vida, un retroceso en las conquistas sociales; porque las clases más desfavorecidas (que viven menos) pagarán las pensiones de las más favorecidas (que viven más). Porque una cosa es vivir más años y otra es vivirlos con salud.
¿Por qué es interesado? Porque perjudica a las clases trabajadoras y beneficia al gran capital. A la banca, que se frota las manos por colocarnos sus planes de pensiones, y a las rentas más altas que, lógicamente (desde una lógica insolidaria, claro), no quieren sopesar la idea de colaborar en el mantenimiento de pensiones ni otros gastos públicos.
Vuelvo al argumento de la productividad. Si producción es el total producido en un año (eso sería el PIB o la renta nacional), la productividad es el trabajo realizado por unidad de tiempo, normalmente, por hora.
La productividad es una variable que aumenta constantemente, fundamentalmente por el avance de la tecnología y por la mejor preparación de los trabajadores.
Lo normal es que el aumento de la productividad conlleve un aumento de la producción. De esta manera, ¿qué importancia tiene que, tal vez, en el año 2050 haya que destinar un 15% del PIB a pensiones (actualmente es el 8%) si el 85% restante para acometer los otros gastos del Estado va a ser mayor en términos absolutos que el 92% actual?.
Pero compliquemos el escenario. Imaginemos que a pesar del aumento de la productividad, y por tanto de la producción, la caja de la Seguridad Social –la más saneada, por cierto-, no pudiera sostener las pensiones. Pues de la misma manera que se hace en otros países el dinero para las pensiones puede salir de los impuestos. Al fin y al cabo, el Estado es UNO, el hecho de que en España se decidiera trabajar con dos cajas de contabilidad: la de la Seguridad Social y la de los otros ingresos del Estado (impuestos, tasas, transferencias al Estado, intereses,…) es sólo una cuestión contable.
Conclusión, que la reforma de las pensiones, al menos en el sentido en que se está hablando, es un nuevo ataque al Estado del Bienestar.
Aviso para navegantes: ¡no nos rendiremos!

sábado, 15 de enero de 2011

Sexo en 20 minutos


¿Cómo debo lavar mis juguetes eróticos?
El otro día me compré unas bolas chinas y un vibrador con capuchones intercambiables. ¿Cómo los puedo lavar para tenerlos siempre a punto y no tener riesgo de infección?

El periódico gratuito 20 minutos tiene un apartado llamado responde/sexo donde los lectores pueden consultar cuanto quieran sobre sexo bajo el preservativo del anonimato.

El inicio de este post es la consulta de una lectora (o lector) preocupada por la asepsia de sus juguetes. Lógico, ya se sabe que los niños se llevan todo a la boca.

Leo con curiosidad este consultorio; uno siempre está dispuesto a aprender. Desconocía que hubiese vibradores con capuchones intercambiables, ¿serán fiables?, quiero decir, ¿podría desprenderse accidentalmente el cilindro y quedar atrapado en la cavidad?, ¿en qué se diferenciarán los capuchones?, ¿tamaño, forma, color, textura?, ¿los habrá circuncidados?. ¿Y los que funcionan a pilas? Me pregunto si con el uso, o sea, con la humedad, se estropearán las pilas.

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¿Existe algún tipo de remedio para corregir la curvatura del pene? Reza otra pregunta. A mí me recuerda cuando estudiaba geografía y hablábamos de la curvatura de la Tierra. Es matemáticamente imposible, decía el profesor, proyectar una esfera sobre una superficie plana: o respetamos el tamaño de los continentes o su forma. Me pregunto si realizáramos un mapa de ese pene qué habría que priorizar.

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Mi pareja quiere hacer un trío. Mi duda es en relación a las ETS. ¡¿Eh?! Qué coño tendrá que ver con las empresas de trabajo temporal. Dudo unos instantes, ¡Ah, no!, se refiere a enfermedades de transmisión sexual, es que a esto de las siglas no acabo de acostumbrarme…

Sigo hojeando el periódico, paso a la información seria. Leo que un juez en Alemania sentencia que se puede obligar a las empleadas a llevar sujetador y además que deberá ser blanco o color carne. No es un tema baladí; recuerdo una noticia de hace unos meses en la que se decía que una mujer -quiero decir UNA MUJER-, había sido despedida del trabajo porque estaba tan buena que distraía a los compañeros. Y es que estas cosas no se pueden permitir.

Bueno, hasta aquí 20 minutos de sexo. ¿Cómo?, ¿Qué han tardado menos en leer esto? Pues no haber corrido.