sábado, 5 de febrero de 2011

Planes de pensiones. Primera Parte

Como es sabido existen dos maneras (en realidad tres) de proveer las pensiones de jubilación: por capitalización, por reparto y mixta.
La primera, utilizada en los EEUU, es un sistema donde las personas -las que pueden- invierten parte de sus ahorros en fondos de pensiones privados que son gestionados por entidades privadas. Cuando te jubilas recuperas -si todavía está- lo invertido más lo generado en la forma que se haya pactado.
El sistema de reparto es el existente en España, donde el dinero de las pensiones procede de las cotizaciones de los trabajadores en activo. Podría obtenerse también vía impuestos. En cualquier caso estamos hablando de dinero existente en un momento dado y no de rendimientos que nadie puede garantizar.
El sistema mixto, utilizado en Francia o en Japón, combina los dos anteriores. En España se está tendiendo a este último.
Tanto el sistema privado como el público han participado en la provisión de pensiones desde hace mucho tiempo, a veces repartiéndose el trabajo pero de un tiempo a esta parte en clara competencia. Muchos gobiernos, presionados por el FMI, el Banco Mundial y en última instancia por la banca, han favorecido a los proveedores de pensiones privadas en detrimento del sistema público de pensiones.
La experiencia nos dice que los planes de pensiones privados sólo son contratados por sectores de la población con cierta capacidad de ahorro, quedando excluida gran parte de la población mundial; y que los rendimientos están por debajo del I.P.C. en el mejor de los casos, cuando no resultan desastrosos en momentos de desplome de los mercados bursátiles.
Suena un poco a una lotería donde uno acaba conformándose con obtener la pedrea.

No estoy en contra de los planes privados de pensiones per se, sí lo estoy desde el momento en que los gobiernos toman medidas para debilitar el sistema público de pensiones. Paul Samuelson, economista de Harvard y premio Nobel publicó un artículo en el que confirmaba la fortaleza de la financiación basada en el reparto. (“An Exact Consumtion-Loan Model of Interest, With or Without the Social Contrivance of Money”, Journal of Political Economy.)

Desde un punto de vista social entiendo que el sistema público de pensiones -el sistema de reparto- es sostenible y más justo.
Para el particular la ventaja del plan de pensiones privados es la desgravación fiscal, lo cual, en su reverso, implica que ingentes cantidades de dinero son dejadas de percibir por el Estado. El gran beneficiado es el sector financiero, ya de por sí excesivamente poderoso; capaz de desestabilizar países enteros, crear riquezas imaginarias y condicionar enormemente las políticas de los gobiernos.

Si le piden opinión a un empleado de banca –lo más probable es que ya se haya dirigido a usted para ofrecerle el producto- le dirá que es una muy buena opción, le largará eso de que las pensiones públicas no se sabe cómo acabarán, etc. Lógico, te meten el miedo en el cuerpo para venderte su producto.
Sin embargo, no hace mucho estuve hablando con un conocido mío, empleado de banca con larga experiencia en el sector quien, en confianza (me hablaba como amigo, no como bancario) me advertía de que JAMÁS hiciese un plan de pensiones. Debo añadir que esta persona no es precisamente sospechosa de izquierdosa. Los motivos que me dio fueron muy pragmáticos. De ello escribiré en el próximo post.

1 comentario:

  1. Pues yo me hice un PAJ. (Plan Abierto de Jubilación) No sé como quedará cuando me jubile...porque no desgrava fiscalmente. Por lo tanto no sé si fue o no una buena idea.
    Se puede considerar como una "hucha" donde metes mes a mes alguna cantidad, por supuesto,pactada anteriormente.
    Pero que si lo quieres sacar antes de tiempo, ( de momento no es mi caso,aún)no estoy segura de que al hacerlo saliera perdiendo.
    Oigo la palabra "estafa" muy repetidas veces, en torno a Planes de Pensiones.

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