domingo, 20 de diciembre de 2009

Un any ple d´afanys



Jo em quedo amb la imatge del Pep plorant metre els jugadors el “consolaven”…És fantàstic, un home com en Josep Guardiola, un home de la casa, envoltat d´ un equip de gent de casa, un home elegant, no només en el vestir sino como a persona. Intel.ligent, sempre respectuós, prudent i força culte pel que ens té acostumat el món del futbol. Ahir es va desfermar tota la tensió d´un any ple d´afanys acomplits. Un vestidor on es parlen un munt de llengües però on tots s´entenen a la perfecció. Una temporada joiosa per uns seguidors massa anys acostumats a patir, a ser segons, i que ara podem dir amb orgull que som del Barça.

sábado, 19 de diciembre de 2009

La mala prensa

Hojeo la prensa diariamente No suelo comprar ningún periódico salvo cuando me engañan con alguna promoción (libros, DVDs, etc.).
Las cafeterías son los lugares más habituales donde leo la prensa del día. En Asturias casi todas cafeterías suelen contar con “La Nueva España”, “El Comercio” y el “Marca”. Las que tienen más periódicos incorporan “El País”, “El Mundo”, y “La Voz de Asturias”, y ya más raramente el “ABC” o “La Razón” por la banda derecha y “Público” por la izquierda. En ocasiones se puede encontrar también “El Mundo Deportivo” para deleite de barcelonistas.
Siento una irrefrenable necesidad de hojear los periódicos y, sin embargo, me desagradan todos y cada uno de ellos, cada uno a su manera. Empecemos por los locales. “La Nueva”, como es conocida familiarmente, es un periódico de derechas, qué raro, ¿verdad?. Es el rotativo más vendido en Asturias, está considerado un periódico serio y riguroso, en fin… El segundo en ventas es “El Comercio”, (grupo Vocento, ya saben, “ABC”, el gratuito “Qué”, y la sombra del Opus siempre amenazante) salvo en la estética yo no encuentro demasiadas diferencias con “La Nueva”; bueno, en realidad no encuentro demasiadas diferencias en la prensa española, en general. Siguiendo con periódicos locales, “La Voz de Asturias” es la versión asturiana de “El Periódico de Catalunya”, misma estética y misma ética sociata.
Pasemos a nivel estatal, “El País”, sedicente referente serio del centro-izquierda…ya, ¿a quién van a engañar?. Por supuesto, lo hojeo con profundo asco, aunque nada comparable a las arcadas que me produce “El Mundo”. Si hay un periódico capaz de crisparme –palabra muy de moda, por cierto-, es el dirigido por Pedro J. Ramírez. Trato de tomármelo con humor y busco cada día esa noticia en que a partir de cualquier anécdota, convenientemente manipulada o exagerada, criminaliza a alguno de los nacionalismos periféricos que rodean la Meseta. “ABC” y “La Razón” representan a la derecha más rancia y trasnochada, rara vez los hojeo.
Por la banda izquierda apareció hace pocos años un diario que prometía ser una alternativa en ese marasmo en que se encuentra la prensa en este país. Su excesiva afinidad al PSOE -en eso compite con “El País”-, y ese giro que desde hace un tiempo yo percibo desde la izquierda hacia posiciones, digámoslo suavemente, más centristas, hacen de “Público” una decepción para aquellos que suspirábamos por una prensa alternativa.
De la prensa deportiva, “Marca” y “El Mundo Deportivo”, decir que son la misma mierda con distintos colores. Debo admitir que los consumo.
En resumen, negro panorama el de la prensa española. Afortunadamente, siempre nos quedará internet.

La Historia de las cosas

Una de las joyas que podemos encontrar en Internet es un documental de unos veinte minutos conocido como “La Historia de las cosas”. De manera sencilla y clara nos explica el proceso productivo en la sociedad actual; lo insostenible del mismo y la necesidad cambiar el sistema.
Recomiendo encarecidamente su visionado.
Artículo sobre el documental en wikipedia
Ya me contaréis qué os parece.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Felpudos

A lo largo de mi vida he tenido la enorme suerte de ver e incluso de utilizar multitud de felpudos. Los he visto de todo tipo: color, forma, tamaño, textura,... Aquellos lectores que únicamente tengan por costumbre utilizar el felpudo de su casa o, como mucho, hayan desviado tímidamente la mirada hacia el de la vecina, no son conscientes de la enorme variedad que existe de ellos. Yo pienso que la entrada de cada casa debe tener su propio felpudo; ya sé que hay entradas que carecen del mismo, y la impresión que esto da a lo ojos es realmente extraña; aparte, no creo que sea muy higiénico. Hay felpudos cálidos; te dan la bienvenida. Otros, por el contrario, son fríos, funcionales, no cruzan palabra contigo y se limitan a cumplir su función. Pero, de todos los felpudos que he visto -y son muchos, créanme-, el que más me gusta es ese que dice “Bienvenido a la República independiente de mi casa”. Lo vende una empresa sueca cuyo nombre no se puede decir porque sería hacer publicidad gratuita y mientras los de IKEA no me paguen…Bien, pues cuando vi ese felpudo por vez primera, supongo que en un spot publicitario, le dije a mi mujer que me apetecía comprarlo. A ella no le hacía mucha gracia que yo trajera otro felpudo a casa, pero debo admitir que tengo una esposa muy comprensiva, y aunque con cierta reticencia, accedió. Así pues, me dirigí a una tienda IKEA -¡uy, perdón, que no pueden decir marcas!- y solicité a una empleada que me mostrara el felpudo. La mujer, ruborizada, me dijo que no existía tal felpudo, que era sólo un montaje publicitario. Así pues, decepcionado, volví para casa.
Supongo que a raíz del spot muchos otros republicanos confesos han demandado el objeto. Total, que a final lo han comercializado y ya es posible encontrarlo en cualquier tienda de IKEA –¡cachis, otra vez lo he dicho!-.
Bueno, el caso es que en mi vida cotidiana ya he visto unos cuantos de esos, y ¿saben una cosa?, ya no apetece tenerlo. Así que me quedo con el de casa que cumple su función y bien bonito que es.

martes, 17 de noviembre de 2009

Crónicas de la América profunda


Este es el título de un ensayo periodístico muy reciente (2008), en el cual el autor, Joe Bageant nos retrata, desde la honestidad y la ternura, la deprimente forma de vida de esos norteamericanos obreros blancos ejemplarizados en los vecinos de Winchester (Virginia Occidental), pero extensible a gran parte del país. Una población, en gran medida, analfabeta funcional, ignorante, endeudada, fundamentalista cristiana, amante de la caza, que destesta al Gobierno por la injerencia que supone en sus vidas y que vota al Partido Republicano “porque tienen más pelotas”. Gentes que defienden esa ilusión del “estilo de vida americano” y que pasan un tercio de su vigilia frente al televisor diciéndoles lo que tienen que pensar y animándolos al consumo.
Joe Bageant popularizó sus artículos a través de Internet.
Además del retrato de esa parte de la sociedad norteamericana, a mí el libro me sugiere –no creo que fuera pretensión del autor- establecer ciertos paralelismos entre la sociedad que describe y la nuestra.
Animo a quienes lean esta reseña y les interese el tema lean el libro.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Florentino Pérez y los Manolos



Florentino Pérez, presidente del Real Madrid entre otras (pre)ocupaciones, goza de un extraño manto protector en la prensa capitalina. La búsqueda de culpables ante los pobres resultados del primer equipo de fútbol salpica a jugadores, entrenador, técnicos, pero, en ningún caso al presidente. ¡Cuánto poder debe tener este hombre!. El día del Alcorcón, precisamente, el hombre intocable fue sometido a un duro interrogatorio por parte de “los Manolos”, creo que llaman así a los responsables de presentar los deportes en La Cuatro. Daba pena –es un decir- ver a ese Ser Superior acribillado por la metralla de las preguntas. El hombre poderoso no estaba acostumbrado a trato tan deleznable y mostró tímidamente su contrariedad manifestando que no le habían dejado hablar (sic). El interrogatorio transcurrió en ese tono informal y festivo que confiere ese peculiar estilo bromista de “Los Manolos”.
En Catalunya Radio, horas más tarde, comentaron lo insólito del trato casi vejatorio que había recibido el presidente del Madrid por periodistas de Madrid.
Al día siguiente, “Los Manolos” acabaron la sección de deportes pidiendo disculpas si habían ofendido a alguien y mostraron un montón de papeles, supuestamente e-mails de ciudadanos molestos con la entrevista.
No dudo que hubiera televidentes que hubiesen escrito al programa en tono quejoso, pero más bien pienso -llámenme malpensado- que alguna de esas manos invisibles habrá movido hilos para esa pública rectificación. Y es que la sombra del magnate es alargada.

jueves, 1 de octubre de 2009

Javier Ortiz, periodista

Hace ya varios meses de la muerte del periodista Javier Ortiz. Su página web http://www.javierortiz.net/ sigue viva; deseo que por mucho tiempo. Cada día, además de recuperar alguna de sus columnas, se publica una carta de alguien que conoció –en persona o por su obra- a Javier Ortiz. Todas esas cartas tienen al menos un elemento común: el lamento, la añoranza, la tristeza de haber perdido un referente excepcional en la crítica política y social.
Murió antes de lo que las estadísticas demográficas dicen; tenía 61 añitos el mozo, ¡cuántos años nos has robado, Javier!
No tuve el privilegio de conocerlo personalmente pero sentí su muerte como la de un ser muy allegado, y es que, en cierto modo, lo era.
Sus artículos eran bocanadas de aire fresco. Javier tenía una capacidad asombrosa para expresar de forma clara y racional cosas que yo pensaba o intuía y que jamás habría sabido plasmar como él. A veces tenía yo la sensación de que me leía el pensamiento y exclamaba: ¡sí, sí, coincido con él!, ¡qué bien ha sabido plasmarlo con palabras!.
Asistí cierta vez a una conferencia suya en Avilés sobre medios de comunicación y me pareció un tipo muy simpático; bromeaba, reía, era ameno y, por supuesto, la intervención, digamos técnica, no tenía desperdicio.
Lo he seguido a diario durante varios años –no recuerdo cuántos- desde su colaboración en “El Mundo”, el “Diario de un resentido social”, “Público”, hasta sus “Apuntes del natural” o “El dedo en la llaga”.
Pienso que Javier Ortiz era una rara avis como periodista: nadando a contracorriente, honesto, inteligente, lúcido, siempre metiendo el dedo en la llaga…¡Cuántos Javier Ortiz harían falta!
Hace unos días, haciendo limpieza, encontré unos archivadores polvorientos en los que había guardado artículos suyos, al verlos esbocé una sonrisa mezcla de tristeza y melancolía; nostalgia creo que lo llaman.
Javier Ortiz Estévez ya no está entre nosotros pero nos quedan su obra y su memoria.
Sirvan estas letras de pequeña aportación al recuerdo del hombre.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

"Desinformación" de Pascual Serrano

Desde este blog quiero recomendar el libro "Desinformación. Cómo los medios ocultan el mundo" de Pascual Serrano.
La obra puede dividirse en tres partes claramente diferenciadas: una primera que trata de cómo funciona actualmente el negocio de la información en los grandes medios de comunicación (el precario oficio de periodista, los grandes grupos empresariales que engloban a empresas de comunicación, la publicidad y su influencia, la confusión entre información y opinión, el falso pluralismo y otros aspectos que explican la tendenciosa e interesada manipulación en los mass media).
En una segunda parte, la más extensa del libro, nos situa en distintos escenarios geopolíticos: Europa, América Latina, EEUU, Asia y la "guerra contra el terrorismo" y África como gran olvidada y contrasta la información aparecida en los grandes medios -normalmente descontextualizada- con la encontrada en medios alternativos. Cada capítulo se inicia con una introducción histórica que facilita la comprensión de los conflictos. La conclusión, previsible por otro lado, es que la "información" aportada por los grandes medios, lejos de informar, confunde.
En la última parte, que el autor titula "Qué hacer", se ofrecen claves para aprender a interpretar la información: ¿quién o quiénes están detrás de un medio de comunicación?, ¿qué intereses ocultan?; propone algunos medios alternativos así como la necesidad de seleccionar la información y sus fuentes.
En definitiva, pienso que se trata de una obra lograda, amena, rica en ejemplos, ilustrativa, instructiva en el mejor sentido y, ante el desolador panorama en que nos encontramos, necesaria.