Para los que éramos –somos- devotos de Javier Ortiz, hablar de él es
como para el futbolero hablar de Messi: se nos acaban los epítetos. Hace unas
semanas terminé de leer el libro “Javier
Ortiz. Talento y oficio de un periodista”, una excelente selección de
artículos del periodista donostiarra editado por FOCA. He dicho terminé, pero
no es cierto, uno siempre vuelve a releer los artículo del mestre. Conocí –me refiero como lector- a Javier Ortiz tarde, demasiado
tarde, tal vez sería el año 98 ó el 99. Me lo “presentó” el amigo Pako
Belmonte, y desde entonces, como tantos otros fieles, lo seguí, primero en “El
Mundo”, luego en “Público” y, por supuesto, siempre en la red. Su muerte hace
10 años nos dejó un poco huérfanos a todos los que despertábamos cada mañana
desayunando su artículo del día. Cualquier artículo de Ortiz cogido al azar es
una pequeña joya, y muchos, por distintas razones, deberían enmarcarse en las
aulas de las facultades de periodismo. De la selección que ha hecho Mikel
Iturria quiero reseñar algunos de los artículos que, por razones distintas, me
han parecido delicatessen.
Lola Gaos. Elogio de la dignidad y del
compromiso político, y social, que es lo mismo.
Sueño con Jamaica. Se me pone, como
decía aquel, gallina de piel.
Tortura y doble moral. Un ejercicio de
razonamiento lógico contra la tortura.
Todos tenemos una caja única. Para que
no nos engañen con el cuento ese de que no hay recursos.
No son ilegales. ¿Cómo es posible dar una
lección de historia sobre la inmigración en tan pocas palabras? Sublime.
Urnas no. Sobre conceptos tan vagos como
“democracia” y “libertad”, y tan concretos como “libertades”. ¡Châpeau!
Gente rara. Con este me he reído mucho.
La imagen de la degeneración. Reflexión
sobre el avance del individualismo impulsado por los fanáticos del
neoliberalismo.
Ni lo sé ni me importa. Contra la pena
de muerte por principios (morales).
A los que ya disfrutabais de Javier
Ortiz, nada de esto os vendrá de nuevo. Los que todavía no lo conocían, leed
estos artículos y otros del autor y luego contadme.
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