domingo, 10 de noviembre de 2019

La imaginación conservadora



He leído recientemente “La imaginación conservadora” de Gregorio Luri. Se trata de un ensayo en el que el autor defiende con argumentos, rigurosidad, inteligencia y  multitud de ejemplos una manera de entender la sociedad que, grosso modo, dista bastante de la mía. Y, sin embargo, ¡qué placer de lectura! A pesar de las profundas diferencias de partida -o tal vez debido a ellas- el libro es de lo más estimulante. Más que una lectura, para mí, ha sido un diálogo, un diálogo cojo, si acaso, pues habría sido un placer encontrar una contrarréplica por parte del autor a las objeciones que en muchos puntos –no en todos, obviamente- se me iban ocurriendo. Dice el propio Luri que en una discusión el que pierde gana y el que gana pierde. Me explico. Si al final de la discusión, te das cuenta de que has perdido y cambias o matizas tu opinión, ya has ganado algo: has ganado en sabiduría. Por el contrario, el que se considera ganador, sale igual que entra: no ha aprendido nada nuevo.


A mí el libro de Luri no me ha hecho cambiar en lo esencial mi manera de ver –de pensar- la sociedad, pero sí me ha servido para enriquecer mi propio pensamiento. Para matizar algunos puntos, comprender otros, rectificar en algunos detalles, relativizar “mis verdades”,…En definitiva, tras la lectura del libro, yo he salido ganando…

Dice también el propio Luri lo que, aunque obvio, debe ser recordado: si sólo escuchamos nuestras voces –o la de aquellos que piensan como nosotros- estamos condenados a la ignorancia.

Lo malo de tener que elegir entre dicotomías como ser conservador o ser progresista es que estamos dando brochazos demasiado gruesos. Para pintar nuestro pensamiento –o para reconocerlo- debemos utilizar pinceles más finos. Y aquí me viene a la memoria una frase de otra mente lúcida: la del filósofo Santiago Alba Rico, quien defiende que hay que ser económicamente revolucionario, políticamente reformista y antropológicamente conservador.

Si se animan con Gregorio Luri, ¡buena lectura!





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