Existe la
creencia popular de que las grandes superficies venden a precios más bajos que
el pequeño comercio. Es probable que como regla general esto sea cierto. Dado
que compran al por mayor, pueden negociar con el proveedor precios más bajos y
trasladar ese efecto en el consumidor. En algunos casos, como el de Juan Roig
(Mercadona), pueden incluso imponer qué
mísero precio pagan por las naranjas a los cada vez más empobrecidos
productores. Libre mercado, lo llaman.
Pero no siempre
las grandes superficies venden más barato que una tienda de barrio. El otro día
se me estropeó un artilugio eléctrico de uso cotidiano. Mi mujer tiene uno
igual, solo que de distinto color, lo compramos a la vez. Su vibrador sigue
funcionando a las mil maravillas, pero el mío dejó, poco a poco, de cumplir su
función. He seguido utilizándolo manualmente, pero no es lo mismo. Además, cuanto
más froto más se abren las cerdas. (Perdón por el chiste).
Llegué a casa
con un nuevo cepillo eléctrico Oral B, (el mejor según 9 de cada 10 dentistas).
Carrefour, 26,90 euros. ¡¿Pero qué has hecho, (aquí mi mujer utilizó un
vocativo que no voy a transcribir) ¡En la tienda de la Avenida de Castilla
cuesta 19,90 euros! No será el mismo –objeté-. El mismito –zanjó ella-.
El del Carrefour
seguía incólume en su cajita, y compramos uno idéntico en la tienda de barrio
antes aludida. Le dije al amable vendedor que estaba muy satisfecho con este
cepillo, pero que, con el tiempo, se me había estropeado. ¡Claro –espetó con obviedad-
si no de qué íbamos a vivir nosotros!
Hoy es un sábado
festivo -8 de diciembre- y las grandes superficies, dado que se lo pueden
permitir, van a abrir sus puertas al consumo. Yo no compro en estos días de
puertas abiertas, por principios. Hoy, sin embargo, creo que voy a acercarme al
Carrefour. ¡Qué mejor día que hoy para devolver el cepillo eléctrico! ¿Se
imaginan que todo el mundo acudiese en días como hoy a los centros comerciales
a hacer devoluciones? Háganlo, soñar es gratis.
Muy bueno el artículo; como puntualización (soy la esposa): ¡¡no utilicé ningún vocativo!! Que estos escritores, con lo de la ficción literaria, ¡dejan a una en evidencia! :-)
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