Tengo la costumbre de tomar notas de los libros que leo cuando me parece que merece la pena. Hace tiempo leí "Sociofobia" del siempre estimulante César Rendueles. En un pasaje del ensayo nos presenta la distribución de la riqueza en España como un desfile encabezado por los ciudadanos más pobres, que tendrían una estatura menor, y que finaliza con los más ricos, que aparecen como gigantes. Es una manera curiosa, casi divertida, si no fuera por lo tragedia que esconde, de presentar esta realidad. A continuación os dejo íntegramente el extracto del desfile.
"El desfile comenzaría con gente muy bajita cuya altura va
creciendo lentamente. A los diez minutos las personas que pasan delante de
nosotros apenas llegan al metro de altura (un salario de unos mil euros
brutos). Poco a poco la altura va aumentando y al llegar a la media hora
—o sea, la mitad del desfile—, la gente que pasa ya mide un poco más de metro y
medio (mil quinientos euros brutos). Cinco minutos después por fin se alcanza
la altura media de ciento setenta centímetros. La verdad es que el desfile es
un espectáculo muy aburrido. La altura aumenta muy lentamente y son un montón
de gente. A los cuarenta y ocho minutos empieza a pasar gente con aspecto de jugadores
de baloncesto de hasta dos metros y medio (dos mil quinientos euros) y en los
últimos cinco minutos vemos llegar a personas de más de tres metros. En el último
minuto por fin las cosas se ponen interesantes. Aparece gente muy alta, el 0,5%
de la población, de más de diez metros. Entre ellos Mariano Rajoy, que mediría
unos quince metros Entonces pasan unos pocos miles de asalariados que en España
ganan más de seiscientos mil euros al año. Primero los más bajitos, que
miden unos cincuenta metros (como una piscina olímpica), entre ellos José María
Aznar. Al final los superasalariados, como Alfredo Sáez, consejero delegado del
Banco Santander, que gana nueve millones de euros al año y mediría setecientos
cincuenta metros o el futbolista Cristiano Ronaldo, que gana un millón de euros
al mes y mediría todo un kilómetro. Aun así, estas estaturas son relativamente
bajas si las comparamos con las de los muy ricos, que pasarían como centellas
en los últimos instantes del desfile. En este caso no hay salarios, claro. Pero
si pensamos en una gran fortuna de unos mil quinientos millones de euros (por
ejemplo las de Florentino Pérez o Alicia Koplowitz) que rindiera al año un
modesto 4%, tendríamos una altura de cinco kilómetros, más que el Mont Blanc.
Incluso si aplicamos un criterio aún más restrictivo (digamos, el 2% de
rendimiento), en los últimos instantes del desfile pasaría a gran velocidad una
masa inverosímil. Es Amancio Ortega, dueño de Inditex y uno de los hombres
más ricos del mundo, que con una fortuna estimada en treinta y siete mil millones
de euros mediría más de sesenta kilómetros y tendría dificultades para respirar
porque su cabeza estaría en la mesosfera. Dicho al revés, si Florentino Pérez
midiera un metro setenta, una persona normal sería como un ácaro, o sea, invisible.
Si tomáramos en consideración el patrimonio, las desigualdades serían mucho
mayores, al igual que si el desfile fuera mundial. Grosso modo, unas mil
doscientas personas tienen un patrimonio de más de mil millones de dólares en
todo el mundo, sobre una población global de siete mil millones de personas y
con unos ingresos medios mundiales de unos dieciocho mil dólares."
De "Sociofobia", César Rendueles
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