Coca, farlopa, perico, merca, fariña…
De no haber sido
por el revuelo que originó el secuestro judicial del libro, probablemente yo no
habría sentido tantas ganas de consumir Fariña.
Nada más saber
lo del secuestro, pensé en comprarlo para consumo propio. Pronto descarté esa
idea, y acudí a mi dealer habitual,
las bibliotecas públicas de Asturias. Ellos tienen mucha mierda, y de la mejor calidad.
Quería tener el
libro prohibido en mis manos, acariciarlo, olisquearlo, abrir sus páginas,
hojearlo; y también quería presumir de
ello ante amistades y conocidos. Me parecía que había algo de transgresor –de qué
minucias la felicidad depende, ¿verdad?- en el mero hecho de hacerme con el libro. No
obstante, no estaba seguro de querer leerlo íntegramente. El tema, en
principio, no me interesaba especialmente. Y, sin embargo, empecé a leerlo como
quien no quiere la cosa, y me enganché.
El motivo del
secuestro es totalmente marginal e irrelevante en la historia: unas pocas
líneas que molestaron a un señor, exalcalde de O Grove.
Nacho Carretero,
el autor de Fariña, ha escrito un
libro verdaderamente ameno e interesante. No aporta datos nuevos -admite él
mismo-, simplemente recopila información aparecida en los medios, la relaciona,
y consigue un resultado más que digno.
Fariña es la historia
del narcotráfico en Galicia.
Ese territorio
aislado y tradicionalmente atrasado, un pedazo del Estado español que parece
metido a presión entre el Atlántico y Portugal es protagonista de un destino que
parece escrito en sus rías. Durante la
posguerra, sus gentes hambrientas se buscan la vida como pueden, y ese “pueden” incluye el contrabando de
cualquier cosa: chatarra, aceite, gasolina, tabaco,... La actividad no está
socialmente mal vista, y esa tolerancia se traduce en desidia, cuando no complicidad, en las autoridades.
El contrabando
del tabaco drenó la región de dinero abondo, y, en los ochenta, algunos dieron
el salto a la primera división: del contrabando de tabaco se pasó al tráfico de hachís y de cocaína (fariña). A estos narcos no los
mueve el hambre, sino la guita fácil y la ambición.
Fariña cuenta
también los amores interesados entre narcotráfico y política: no hay ningún
partido en Galicia, afirma Nacho Carretero, que no haya recibido dinero del
narcotráfico.
Pero la llegada
de la droga también destrozó la vida de muchos jóvenes gallegos y la alarma y
presión social cristalizaron en una mayor actuación de las autoridades. Se
persigue policial y judicialmente el narcotráfico con relativo éxito. Años
noventa y primera década del 2000.
En la
actualidad, el tráfico de drogas en Galicia parece cosa del pasado, con los
grandes capos en prisión o ya retirados (jubilados). Sin embargo, advierte el
autor, narcotráfico sigue habiendo en Galicia, simplemente el foco mediático se
ha retirado en busca de otros escenarios. Lo mismo ha ocurrido con la atención
policial y los recursos públicos.
Todo esto, mucho
más y mucho mejor cuenta Nacho Carretero en Fariña.
Muy buena idea el conseguirlo en una biblioteca pública, porque en las librerías no lo hay
ResponderEliminarNormal que t'enganxessis!! Amb les drogues dures, ja se sap...Em sorprèn favorablement que l'hagis trobat a la biblioteca. Ho miraré a la meva. Els llibres que "molesten" sempre m'han interessat.
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