Es probable que el rompehuevos ya
habitara la Tierra hace cientos de miles de años. De hecho, siendo una
subespecie del Homo Sapiens, el Homo Sapiens Trencauevensis debió
convivir con otros homínidos desde los albores de la humanidad.
En apariencia nada distingue al Homo Sapiens Sapiens del Homo Sapiens Trencauevensis. La
naturaleza, para desgracia de los primeros, ha permitido que estas especies
puedan cruzarse entre sí; lo que ha propiciado la multiplicación de esta
molesta especie.
Biológicamente comparten un 99,9%
de la información genética; podemos hablar, por tanto, de especies hermanas. El
único rasgo que los distingue de nosotros es de tipo conductual: el rompehuevos,
también llamado tocahuevos y en catalán torracollons, se caracteriza
básicamente por su afinidad a estar permanentemente incordiando a otros
individuos.
El único objetivo que busca el
tocahuevos con estos actos es divertirse, no tiene otro. Es una especie
juguetona, aunque molesta.
En los últimos tiempos, gracias a
las redes sociales, estos individuos han encontrado un medio para propagar sus
pequeñas fechorías. Con el aliciente que supone el exhibicionismo, en redes
como Facebook no pierden ocasión para
comentar de forma malsana los pensamientos, ideas, fotografías o reflexiones de
otros seres humanos.
En un primer momento, el Homo Sapiens piensa que ese comentario
crítico busca la interacción, la transmisión de pensamiento, el sano ejercicio
de intercambiar ideas. Por ello le responde amablemente. El rompehuevos se zafa,
se revuelve e insiste. Se suceden réplicas y contrarréplicas en una estúpida
espiral que no lleva a ningún sitio. Ahí el rompehuevos se encuentra en su
hábitat y es donde mejor se maneja. No debemos permitirlo.
El Homo Sapiens ya se ha dado cuenta de que lo que pretende el otro no
es compartir un espacio para el debate constructivo sino únicamente molestar.
Responder a sus insidiosos
comentarios no sirve más que para alimentar su hambre de incordiar. Por ello lo más práctico es
obviar sus comentarios; con un poco de suerte el rompehuevos abandonará ese
ecosistema y buscará otros más favorables.
Sí, es verdad, hay muchos de estos por ahí!!!!!
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