domingo, 19 de enero de 2014

El reencuentro

En el año 1990 yo era muy joven, más que ahora. Por aquel entonces nada poseía y, por tanto, nada tenía que perder. Me enrolé en un bergantín goleta de unos 100 metros de eslora porque era lo más audaz que podía hacer con mi vida en esos momentos, y a esa edad uno todavía es valiente… o inconsciente.
Como un personaje de esas novelas de aventuras que tanto gustan a los jóvenes. Así me sentía yo, protagonista de un relato de Julio Verne, de R.L. Stevenson o de Joseph Conrad.
Zarpamos de Cádiz un 10 de enero; recuerdo esa fecha como marcada con fuego en la memoria. Desplegamos por primera vez las veinte velas y nos encomendamos a los alisios.
Durante seis meses surcaríamos el Atlántico; atracaríamos en puertos del Caribe, atravesaríamos en Canal de Panamá; descubriríamos el Pacífico y visitaríamos lugares que sólo conocíamos por los mapas y por las fotografías.
Todavía hoy puedo cerrar los ojos y rememorar sensaciones que solo se pueden tener cuando uno navega a vela.
Fue una vivencia intensa y única; solo unos meses de tu vida, un grano de arena en una playa inmensa, ¡pero qué grano!.
Cuando acabamos la mili la diáspora. Aquellos marineros que habían compartido un espacio reducido durante meses volvían a sus hogares: a Sevilla, a Huelva, a Granada,  a Gijón, a Albacete, a Madrid, a Badajoz, a Vigo, a Valladolid, a Elche, a Valencia, a Alcañiz, a Teruel, a Almería, a Jaén,… y por supuesto, a Barcelona. Ahí volví yo con mi petate a cuestas; lleno de ropas y de recuerdos imborrables.
En cuanto a mis compañeros, a la mayoría no volví a verlos nunca más.
Han transcurrido 24 años desde aquel sueño; a veces me preguntó si sólo fue un sueño.

En julio pasado la silueta inconfundible de mi barco atracó en el puerto de Avilés. No dejé pasar la oportunidad de visitarlo. Nada más avistar los cuatro palos se me empañaron los ojos y se me quebró  la voz cuando le dije a Laura: míralo, ahí está

Hace unos meses uno de aquellos marineros con los que compartí un pedazo de mi vida creó un grupo en Facebook: JS Elcano-LXI crucero 1990.  Un grupo selecto y restringido, sólo para marinos de ese crucero, y ahí volvemos a encontrarnos algunos de nosotros, colgamos fotografías, retales de un pasado –como todos- que nunca volverá, y nos escribimos para rememorar aquellos días y aquellos mares.




3 comentarios:

  1. Muy bueno,pienso igual he disfrutado leyendo,recuerdo nuestras vivencias ,siempre
    he tenido un momento para recordarlas como un regalo de mi vida.

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  2. Un grupo donde no hay discrepancias, todos somos hermanos...

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  3. Estoy taco sensiblón, se me han humedecido los ojos killo.

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