sábado, 11 de enero de 2014

Reciclar: la gran estafa

Dicen los psicólogos que a los niños no se les debe pegar pues la violencia genera violencia. Algunos matizan que aunque no es deseable un cachete sería el último recurso. Ah, ¿pero es un recurso, aunque sea el último?
Bien, pues si así fuera eso mismo pienso yo del reciclaje: debería ser lo último. Sin embargo, la sabiduría convencional nos presenta el reciclaje como la panacea del respeto al medio ambiente. Y es que el capitalismo sabe adoptar como nadie a sus enemigos; hoy en día esta de moda “lo verde” y ser  environmentally  friendly.

En ecología se suele hablar de las tres “R”: “Reducir”, “Reutilizar” y “Reciclar”. Y ese orden es fundamental.
En mi opinión, la más importante, con diferencia, es la primera. Al menos en el mundo desarrollado deberíamos reducir el consumo. ¿Es realmente necesario cambiar de teléfono móvil cada seis meses?, ¿Comprar una smartTV cada dos años?, ¿adquirir aparatos cuya utilidad resulta bastante poco justificable?
A través de la obsolescencia planificada (diseñar los aparatos para que duren menos de lo que podrían durar), y la obsolescencia percibida (desechar lo que todavía funciona simplemente porque nos parece anticuado), las empresas fomentan un consumo desenfrenado.

Una amiga mía, a la que llamaremos Bibiana para preservar el anonimato, va más lejos: ¡Esto del reciclaje es una gran estafa! –de hecho, ella utiliza palabras más gruesas-: Nosotros separamos los desechos para ser reciclados, pero en realidad, dificultades técnicas impiden que gran parte pueda ser reciclada, sin contar con los gastos energéticos del proceso en sí. Por otro lado, inocular en los ciudadanos la idea del reciclado sirve para transmitir la percepción de que podemos comprar hasta el infinito.

Tiene razón. La profusión con que se habla de reciclaje, al tiempo que se omiten las otras dos “R”, parece dar la sensación de que el consumo sin límite es posible, proporcionándonos, asimismo, una coartada perfecta para seguir consumiendo.
Los recursos de la Tierra son limitados. Dicen los expertos que si todo el mundo consumiera como los EEUU serían necesarios 5 planetas como el nuestro, y si lo hiciera como en España harían falta tres planetas azules.
Si el cachete sobre el niño genera violencia, el reciclado mal entendido genera consumo irresponsable.

Pero claro, los poderes públicos y la sabiduría convencional seguirán fomentando la violencia consumista. Vestida de verde, eso sí.


1 comentario:

  1. Ciertamente debemos empezar a cuidar el planeta. Vivimos en él como si fuésemos a ser sus últimos ocupantes.

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