domingo, 10 de enero de 2010

La ética, la estética y la dialéctica

Existen muchas maneras de afrontar el comentario de una obra de arte. A mí personalmente me gusta mucho una que aprendí en la Universidad de Barcelona del entrañable profesor de "Historia del cine" Miquel Porter Moix. Era un método para comentar películas pero supongo que el mismo es extensible a otras artes. Se trataba de analizar en una película los tres aspectos enumerados en el título de este post. La ética sería el mensaje o mensajes que intenta transmitir el autor; la estética, los recursos formales que utiliza (blanco y negro o color, música empleada, movimientos de la cámara, el guión, etc.); y, finalmente, la dialéctica sería la reacción que provoca en el espectador. El éxito en la dialéctica –que el espectador sienta lo que el realizador pretendía- depende de una perfecta conjunción entre ética y estética. Por ejemplo, un película que pretende ser de terror debe dar miedo, si en lugar de dar miedo provocas risas te has confundido en la estética. Lo mismo ocurre si pretendes realizar una comedia y eres incapaz de moldear la más mínima sonrisa en el espectador. Hay que tener en cuenta que la dialéctica varía según el lugar y el tiempo. Aquellas primeras comedias donde el público se desternillaba viendo tartas en la cara o caídas tontas hoy difícilmente provocan risas; el espectador ha visto demasiadas cosas, necesita otros estímulos. O aquellas películas de Drácula que aterrorizaban en los años treinta del pasado siglo hoy pueden parecer ingenuas. De la misma manera hay películas que tuvieron éxito entre el público de su época –un público acostumbrado a una estética, a una ética y con una mentalidad determinada- y que hoy resultan infumables para la mayoría de espectadores. Y es que los tiempos cambian, las mentalidades con él, y con ellos la ética, la estética y la dialéctica.

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