Esta foto la hice hace unas semanas en la calle
Samuel Sánchez de Oviedo. Se trata de una avenida sin el más mínimo
encanto. Conecta una zona céntrica de Oviedo con los barrios
de Vallobín y de La Argañosa. Como tantas calles, está pensada para
que circulen vehículos y para atosigar a inocentes peatones. Ruidosa, gris,
plomiza, solo la atravieso cuando no tengo más remedio.
Distraído en mi deambular y en mis
pensamientos, observé el grafiti de la foto y me acordé de ti. No hace falta
gran cosa para que me acuerde de ti, lo sabes. No dudé en fotografiar esa
frase, esperando el momento adecuado para enseñártela. Me hubiera gustado que
me preguntaras donde quería ir de vacaciones, donde me apetecía salir de
excursión o, sencillamente, por donde podríamos pasear por la
tarde. Te habría mostrado la foto.
Ese poeta anónimo me robó
las palabras, ¡maldita sea! Él a su vez probablemente las robó a otro. De hecho, he
visto esa misma frase en una de esas libretitas que suelen poner en la portada
cursiladas de amor o frases de autoayuda.
Pues eso es lo que quería decirte con
estas letras. La próxima vez que me preguntes un lugar donde perderme, la
respuesta es simple: Donde sea, pero contigo.
Feliz decimoquinto aniversario, amor.
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