lunes, 27 de febrero de 2012

Diario Público, R.I.P.

Ya no es posible adquirir “Público” en los quioscos. La empresa propietaria, Mediapubli, está en concurso de acreedores, y parece ser que no han encontrado quien esté dispuesto a financiar el proyecto para su continuidad.
TVE daba la noticia con el lamento de que en España se perdía pluralidad informativa. Mi temor va en esa misma línea, aunque yo no tendría la candidez de hablar de pluralidad informativa en un país donde existe una gran concentración de medios de comunicación en muy pocas manos, y todas ellas muy conservadoras.
Pienso que “Público”, a pesar de sus defectos, ha sido un periódico que ha enganchado a un sector de la población que se identifica con una determinada visión de la sociedad. De la misma manera que hay lectores de “El País” o “ABC” que parecen pavonearse con su periódico bajo el brazo, también Público había logrado su nicho –¡qué desafortunada palabra!- entre cierto sector de la población identificado con eso tan vaporoso que llamamos izquierda.
Yo no sé si es casualidad que el único diario de ámbito estatal que se ha atrevido a cuestionar muchas verdades de la sabiduría convencional vaya a desaparecer en su edición en papel. Otros medios han sufrido la crisis de la publicidad, han estado cerca de la quiebra, como “El País”, pero siempre ha habido un alma caritativa (léase: un banco) dispuesta a refinanciar la deuda a cambio de ejercer mayor o menor control en los órganos de administración (tradúzcase: en los contenidos, en la línea editorial, etc.)
Así pues, nos encontramos ante un periódico poco atractivo para el gran capital, tal vez porque ha tenido la fea costumbre de estar permanentemente metiendo el dedo en la llaga o, sencillamente, porque sus ventas no han sido lo suficientemente altas. O por ambas cosas.
Tampoco sé si las empresas anunciadoras preferirán anunciarse –o estarán dispuestas a pagar más- en otros medios de comunicación dirigidos a sectores de población más pudientes que, obviamente, no compran Público. Las empresas saben perfectamente que la publicidad resulta más influyente sobre las personas con rentas más altas.
Bueno, el caso es que todo eso son cábalas, y lo cierto es que ya no podremos comprar “Público” en el quiosco.
Lamento enormemente el cierre del diario y me uno a las miles de condolencias por tan sensible pérdida.
Aunque no sea lo mismo seguiremos leyéndolo en Internet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario