jueves, 18 de febrero de 2010

Planeta de ciudades miseria

Este es el título en español (original: Planet of Slums) de un demoledor ensayo del sociólogo y activista norteamericano Mike Davis. Se trata de un exhaustivo estudio –muy documentado y con multitud de ejemplos- sobre la problemática de las áreas urbanas hiperdegradadas del planeta; un territorio que comprende ya más de la mitad de la población mundial.
Sería imposible en el espacio de este artículo condensar, ni siquiera someramente, toda la información que aporta este profundo estudio así que me limitaré a poner algunos ejemplos que me han resultado especialmente sobrecogedores.
“Viviendo entre la mierda” –uno de los subcapítulos- nos cuenta que la acumulación de excrementos es uno de los principales problemas urbanos. Retretes –muy escasos- a los que para llegar hay que vadear charcos de orines y excrementos. Personas que evacuan en bolsas de plástico que luego tiran a la calle o al tejado del vecino. Setenta millones de personas que defecan al aire libre en la India. En China, donde para las mujeres resulta especialmente humillante, evitan defecar por el día –no comen por la mañana- y lo hacen de madrugada en grupos, aún a riesgo de ataques sexuales o de otros animales.
En otro de los capítulos trata de cómo los desastres naturales afectan especialmente a estas áreas. Un terremoto de intensidad “x” en Guatemala, por ejemplo, provoca una auténtica tragedia mientras otro de la misma intensidad en California o Japón, con viviendas e infraestructuras (es decir, dinero) preparadas para resistir seísmos apenas ocasiona daños. Las lluvias torrenciales causan estragos en las precarias viviendas situadas en suelos enormemente erosionados, pedregosos, donde precisamente viven los más pobres.
Pero lo que no deja dormir a estas gentes son los incendios, la mayoría intencionados. Propietarios del terreno e inmobiliarias que no desean esperar largos procedimientos judiciales para echar a los inquilinos buscan el rápido método del incendio. Rociar un gato o una rata –los perros mueren en seguida- de queroseno y prenderles fuego que se extenderá rápidamente por el poblado les sirve para expulsar a la población y especular con los terrenos.
En el análisis político y económico trata también de la inhibición del Estado como una de las causas de la pobreza; la deuda externa y las constrictivas condiciones que imponen el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (reducción del presupuesto en gastos sociales –entre ellos la sanidad que empeora cada día- pero no en armamento, por ejemplo).
El problema del agua: escasez y contaminación de la misma, la perpetuación del sistema colonial con las élites locales, los cultivos de exportación, la corrupción,… y otras muchos son las cuestiones que trata este interesantísimo libro.
Planeta de ciudades miseria nos ofrece un desgarrador viaje por ciudades como Ciudad de México, Río de Janeiro, Sao Paulo, Buenos Aires, Lima, Bogotá, Teherán, El Cairo, Lagos, Nairobi, Kinshasa, Johannesburgo, Karachi, Bombay, Delhi, Calcuta, Dacca, Shanghai, Pekín, Yakarta, Manila, Seúl,..

3 comentarios:

  1. Interesante! Me suena algo, creo que el libro recibió una ardiente reseña en Boing Boing cuando salío en inglés - debo buscarlo pronto para leerlo, como lo describes suena imprescindible.

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  2. Intentando romper la tristeza del libro que comentas, me atrevo con un chiste que puede guardar relación.La ONU acaba de finalizar la encuesta más grande de su historia en la que la pregunta fue: "¿Por favor,podría dar honestamente su opinión sobre las posibles soluciones a la escasez de alimentos en el resto del mundo?". Los resultados no han podido ser más desalentadores, la encuesta ha sido un total fracaso por lo siguiente:1.-Los argentinos no entendieron que significa por favor" 2.- Los cubanos extrañados pedían que les explicaran que era OPINAR. 3.- Los europeos del Este no comprendían "honestamente". 4.-En Oriente Medio, nadie comprendía "soluciones". 5.-Los europeos no entendieron que significaba " escasez". 6.- Los africanos en general no sabían que eran "alimentos".- 7. Los norteamericanos preguntaban " que era el resto del mundo".

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  3. Se agradece el chiste; se agradece en general cualquier aportación...
    Gracias, Laura

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