miércoles, 24 de diciembre de 2025

Un triste cumpleaños

 

Querida Noemí:

Nunca me resultó tan difícil felicitarte el cumpleaños como me lo está resultando hoy. ¡Cómo se felicita a alguien en un día en que parece que la noche no tiene fin! En casos como este, ya lo sabes, busco consuelo, o al menos la esperanza de encontrarlo, en las palabras del poeta de Avon: la noche más larga no es eterna.

Algún día, tal vez el menos pensado, empezaremos a vislumbrar la luz al final del túnel.

Volveremos, no lo dudes, a esas pequeñas cosas que nos hacen sentir dichosos. Nosotros no necesitamos grandes fastos para ser felices; nos basta con poca cosa: nadar en el mar, una comida campestre, aprender una coreografía y bailarla en la calle; qué éxito tuvimos con Thriller, ¿recuerdas? Y por supuesto: los amigos, siempre necesarios, hoy imprescindibles. Ningún hombre es una isla, decía el poeta John Donne.

Estos días –estas semanas ya- me he dado cuenta de que somos muy afortunados porque tenemos muy buenos amigos. Aunque, de hecho, yo no tenía ninguna duda de que estarían ahí cuando los necesitáramos.

Y, finalmente, nos tenemos a nosotros mismos: yo a ti, tú a mí, incondicionalmente, en la salud y en la enfermedad…

Aunque no es día para decir feliz cumpleaños, porque sabemos que el día de hoy no va ser feliz, que no puede serlo, quiero que sepas que te quiero más de lo que mi corazón puede soportar.



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